Las jaulas de libertad

Tiembla el tiempo

que se escapa de entre unas garras feroces

Resentido esquiva las cadenas invisibles que se agolpan

Envolviendo silenciosas, las caducas horas, los instantes veloces

Jactanciosas tripulan, las cuerdas que manejan las ideas

Saquean las energías de su público expectante

Amenizan el combate

la batalla de afuera, los reveses que esperan

Respaldan la huida incesante

Aderezan un trucado mundo de quimeras canjeables

Adiestran la mirada, al tumulto de mentes vulnerables

La atención encerrada, tras cortinas de humo

en el trascenio del escenario del consumo

Tiembla el tiempo

que observa a sus visitantes

agotar los minutos

que se despistan entre efigies errantes

que se estiman libres aún en cautiverio impalpable

Desde el hemiciclo se aplaude

Pontifican a oradores

Conocedores de todo, más espejos de nadie

Se zambullen en la simulación desde el asiento errabundo

Inadvierten las carcajadas del anfitrión que permanece en oculto

Se alimenta de temores, de caminantes sobre el alambre

Se presenta como casualidad, disfrazada de oportunidades

Aquieta la razón, la recrea en nimiedades

Su identidad nunca descubre, desleída entre disfraces

Tiembla el tiempo

que su pérdida es ya inevitable

que ve sus segundos agonizantes

En manos de ilusionistas confundidos

jugando a capturar la infinitud en un simple giro

Se desvanece la audacia, poetas incomprendidos

Los versos decrecen, agostan inadvertidos

Prevalece la farsa, la impostura se destaca

Se iza el telón

Se da paso a un número que nunca acaba